Cuentos del infiernado - the first half is over

Urgencias, ese caos de pacientes, solicitudes y pendientes ha terminado, pero con él terminan muchas cosas más, terminan mis guardias sólo pues llegan nuevos internos, muchos nuevos internos, terminan mis queridos MIP2 que tanto me enseñaron en estos 6 meses, termina la primer mitad, y la más difícil según dicen, del internado. Para darle un buen cierre a esta mitad obviamente tuve una guardia distosica a morir, un último rcp una ultima ST-7 y una gran fiesta de despedida para los MIP2.
Ahora ya estoy en mi segundo periodo vacacional, aunque parece algo prematuro es lo ideal por que tengo la oportunidad única de viajar fuera del país a ese lugar de donde provengo. Me voy a Italia unos días de vacaciones,  a descansar lo trabajado en estos dos meses de correr, que a pesar de ser poco tiempo ya estaban dejando marca en mi, un dolor de rodilla bastante fuertemente, unos kilos perdidos en algún lugar en el camino entre el triage y el laboratorio, ahora debo prepararme mentalmente para el resto del internado, ya no habrá vacaciones, poco será el descanso y de ahora en adelante todo será sobre el embarazo.
No se si estoy listo para la mala vibra de pediatría pero no importa, sé que voy a poder salir adelante como lo he hecho hasta ahora. Mientras espero a abordar les contaré unas cuantas cosas que han pasado.
Urgencias terminó por ser un lugar lleno de trabajo pero buen ambiente, viendo pacientes con todo tipo de patologías, desde las esquizofrenicas diagnosticadas y declaradas hasta los esguinces de tobillo grado 1, sin olvidar las cardiopatías y tanto EVC. Tuve la suerte de estar de guardia con un grupo de residentes que solo se podría describir como GRANDES, así con mayúsculas por serlo en lo literal como en lo intelectual, desde el R1 hasta el R3. Me enseñaron,  me regañaron y me ayudaron durante toda la rotación, no puedo imaginar un mejor equipo para trabajar. Me voy del servicio con una gran satisfacción, sabiendo que soy capaz de muchas cosas y con el pendiente eterno de todo lo demás que me falta por aprender.
Lo mejor de todo es que la buena vibra de urgencias no para solamente con los médicos, sino que también se continúa con los enfermeros, siempre al pie del cañón con cada paciente que llega, a pesar de las carencias que hubo en cuanto a material, trabajamos para superarlo y dar un buen servicio, incluso cuando la demanda era inmensa, todos en urgencias trabajamos para cuidar de cada persona que llegaba en busca de ayuda, por más poco urgente que fuera.
Hay cosas que no voy a extrañar de urgencias, como en todo, pero aun esas Foley de las 3 de la mañana me enseñaron algo.
Ciao!