LA Pediatría - Cuentos del Infiernado

De regreso de un gran viaje a iniciar la 2a mitad del infiernado, dicen por ahí que son las playas... pero no tanto... el combo final que me gusta describir como los meses de Gorditas y Bebitos. Pediatría, Medicina Familiar (conguardias en la toco...) y Gineco (ohh las verdaderas playas!).
Regreso con todo, al fin con lo que me he ganado por 6 meses de guardias soliman, un equipo de 7 internitos y mis guardias de 3 internos (y eramos 2 MIP2 hehehe). Lleganod a pediatría todo pinta bien, un par en toco, un par en lactantes y escolares y los 3 balagardos en Neonatos... ohh que cosas, la pediatría fué mi primer contacto con la medicina, como debe ser para todos, esas visitas al pediatra que con el paso de los años te impresiona con su consultorio tan lujoso y sus autos ultimo modelo. Yo no era de esos niños que sufrían con las visitas al pediatra, de hecho las disfruté, ir al consultorio y ver que auto tendría al frente mi pediatra, sería el BMW Z3? sería el Corvette Coupe 98 rojo? Su trabajo parecía fácil... vacunas que ponía su enfermera, consultas de 20 minutos en que la mayor parte la pasaba regañando a mamá por no traerme antes... quien diría.
Durante la carrera me desenamoré de la pediatría, si si, los niños pequeños son tiernos y divertidos... pero no todo el tiempo, algunos son bastante difíciles de manejar cuando están enfermos, pero iniciar en neonatos me hizo redescubrir mi amor por la pediatría, esos pequeñines que necesitan de tantos cuidados y tan minuciosos, indicaciones precisas y a la medida, conocer a tus pacientitos (urgg... era una lata pero lo haces lo mejor que puedes y sin chistar) y el buen ambiente que se da con un buen equipo de trabajo.
La rotación por pediatría es más un reto psicológico que físico, aunque la carga de trabajo no es tanta, lidiar con las personalidades tan distintas de cada adscrito y con esas super estrellas de residentes... uff, todo un reto, la mayoría del trabajo eran risas y diversión pero algunos individuos (coff coff Toledo coff) te amargaban un poco el día.
La locura de la toco no es tanta cuando estás en pediatría, tu ves a los gineco correr de un lado a otro, hacer notas e indicaciones, checar pacientes, mientras te recuestas en una camilla disponible o te sientas en el sillón negro esperando a que ingrese la paciente para hacer su historia clínica y al pendiente del grito de "Expulsivo!!" para entrar en acción, todo es más sencillo una vez comienzas a familiarizarte con el manual de reanimación neonatal. La primera vez sientes esos nervios de sostener al recién nacido, tan frágil, tan lleno de meconio (o líquido amniótico como en pocas ocasiones me sucedió), pero después es un gusto estar "cachándolos" y cortando cordones, dominando el huelleo a una mano de ambos pies.... ahh la toco, esa debe ser la parte en que más la disfrutas.
Lactantes y escolares nos dejó un par de casos extraordinarios, un par de niños de larga estancia, ambos con el mismo nombre, un verdadero par de luchadores por los cuales hicimos lo que pudimos el tiempo que duró nuestra rotación.
Pediatría marcó de manera positiva el comienzo del final del internado, con muchas buenas experiencias, seguíamos con las risas y la diversión a pesar del trabajo en piso, mi mala suerte en las guardias ya no era tan marcada y a pesar de tener un equipo numeroso, por los periodos vacacionales aún tuve que hacer guardias solo, pero ya no representaban un motivo de estrés, quizás el servicio es mas tranquilo... quizás es por la experiencia adquirida... o quizás son solamente los poderes que te otorga el grado de MIP 2.

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