Cuentos del Infiernado - La primer guardia y la vida SOLO

31 de diciembre, 7 de la mañana, mientras los simples mortales se despiertan pensando en la cena de navidad y el año nuevo, yo me dirijo al hospital para mi primer día, a conocer a los residentes y médicos adscritos, mi mente se llena de dudas, como será? como me irá?
De inicio las cosas pintan de lo mejor, tengo guardia con un MIP 2 que está terminando su rotación por MI (Medicina Interna) y se las sabe de todas todas, los residentes que ya llevan 1 año allí, el castroso del Dr JJ y la Dra Lupita que es muy amable y comprensiva con todas mis dudas, por más tontas que sean.
El día como siempre comienza con la rutina de entrega de guardias, muchos pacientes, pocos ingresos, luego comienza el típico subir y bajar de los internos al laboratorio por gasometrías y otros análisis (that means me), pase de visita, preguntas y más preguntas, mi primer tarea sobre equilibrio ácido base y gasometrías y mi primer encargo... una gasometría!
Bajo al comedor a ver que hay, pero el olor de la comida metros antes de llegar a ella me disuade y decido no comer... de verdad me quitó el apetito.
El día se pasa rápido y comienza la guardia con un mal augurio... hay muchas camas vacías, lo que sólo significa que desde urgencias nos van a mandar muchos pacientes y habrá que hacer muchas historias clínicas e ingresos, papeleo y más papeleo. Pero la noche en sí pasa tranquila.
Ya de guardia el hospital es de los internos, nos debemos hacer cargo de todo y el adscrito de guardia nos da cosas que hacer, un par de pacientes amenazan con tener que ser intubados, damos rondines actualizando el censo del servicio, tomo muestra para un cruce sanguíneo, subo el paquete globular, tengo tiempo para estudiar, realizamos un ingreso de una paciente muy grave y a los 15 minutos nos sorprenden con la noticia de que ha fallecido. Ahora toca confirmar, realizo mi primer electrocardiograma... plano plano plano, como es de esperarse y ahora hay que hacer el papeleo correspondiente.
Después el servicio tranquilo, el año está por terminar y nosotros ahí, metidos en la expectativa del siguiente paciente. El adscrito entra al cuarto de internos diciendo que nos apuremos, que hay que intubar a un paciente: PERO YA! nos apura, salimos en dirección a la cama del paciente hasta que el Dr nos dice: vengan acá! y se mete al cuarto de los residentes... era hora de la cena navideña, las enfermeras habían traído comida para todos y nos podemos tomar un par de minutos de descanso para cenar. A cambio tendríamos que tomar algunas muestras que les correspondían a las enfermeras, un buen trato la verdad.
Ya entrada la media noche se escuchan afuera las detonaciones de cohetes, la gente celebra y nosotros sólo pensamos: más trabajo para acá, nunca falta el accidente. Y así fue  un par de niños víctimas de los cohetes, uno de ellos, al que le reventó en la cara, perdió un ojo y sería tarea del cirujano intentar salvar el restante y reconstruirle la cara, pero eso es de otro servicio.
La madrugada pasa tranquila y puntual a las 6am voy a tomar la muestra para la gasometría. Oh el horror y la decepción, no logré tomarla y tuvo que asistirme el Residente. Al final, entrega de guardia y explicarle al Dr la gasometría que me encargó. Salí temprano, pues al ser día festivo sólo tenían que quedarse en el servicio los que están de guardia, me ahorré 9 horas o más de trabajo hospitalario.
Llego a casa con una sola cosa en mente: descansar. Fue un gran primer día y ya tomaba el ritmo del servicio, aún tengo muchos pendientes, tanto de casa como del hospital, el vivir solo te deja muchas cosas por hacer, los platos no están lavados cuando llegas, la comida no está lista y caliente esperándote, la basura sigue allí.
Me baño, lavo y duermo, no tenía ganas de nada más. 8 horas después me levanto sin nada que hacer, aburrido, solo en casa y con un internet intermitente (prestado del vecino sin que supiera). Que hago? necesito hacer algo para gastar un poco de energía y dormir de nuevo para llegar fresco a las 7 de la mañana   al hospital!. Solo queda vestirse y salir, caminar un rato atravesando una ciudad en completa calma y con casi todos los locales cerrados, es primero de enero y la gente está descansando después de una celebración.
En el malecón y ya entrada la noche las cosas pintan diferente, pequeños grupos beben y siguen la fiesta. Me encuentro un bar abierto en el que sentarme y tomar un par de cervezas. Ahí estoy yo, sentado y solo en un bar, pensando en mi familia y amigos, extrañando todo lo que he dejado para estar acá.
No me queda más que regresar a casa para alistar todas mis cosas y regresar al hospital. El segundo día, que puedo decir? ya se va haciendo una rutina y ya voy afinando mi desempeño. He visto 4 altas y 3 defunciones en el servicio. Eso me hace preguntarme muchas cosas, veo a los pacientes, cómo es que pudieron llegar a esto? tan descuidada es la gente? el servicio que damos es malo como para tener defunciones cada día? de verdad que la condición humana es frágil.
Todavía tengo pendientes y cosas por hacer, poner aire acondicionado a la casa, estudiar más medicina, por fin tener internet propio, llevar la ropa a la lavandería, sacar la basura a tiempo, hacer la despensa, irme a dar de alta en el servicio médico... En fin, queda mucho por delante y mis ojeras, que han vuelto, apenas se están gestando. Mañana será otro día de dar vueltas por el hospital pensando que estoy en Mario Kart para hacerlas más amenas, tratando de recordar todo eso que estudié los pasados 5 años para contestar lo que me pregunten, cuidar de los pacientes, terminar la papelería, hacerme más amigo de enfermeras, residentes y adscritos, aprender a lidiar con los nuevos MIP 2 que a decir de los rumores del hospital son los más flojos.

Buenas noches y cuídense mucho, de verdad no quieren terminar en un hospital y yo tampoco quiero que terminen ahí... es más trabajo para un pobre MIP.