Síndrome Post-Internado

Ya han terminado hace mucho los cuentos del infiernado, actualmente vivo las leyendas de la pasantía y, si estudian medicina y ya terminaron su internado, quizás han escuchado o conocen del "Síndrome Post-internado" y si no, es por que acabo de acuñar el termino y me adjudico todos los derechos. Se trata del periodo de readaptacion del estudiante de medicina al mundo real, se pone a prueba la memoria y la resiliencia de sus aptitudes y nociones de la sociedad, ritmo de vida y ciclos vitales. Para algunos es relativamente sencillo, para otros es pasar de nuevo a una súbita descarga de información, de todo eso que aprendimos antes de la medicina, que colisiona y se amalgama a éste último año de experiencias. Es como un jetlag socialmente raro para el recién liberado MIP.
En verdad se trata del conjunto de signos y síntomas que se presentan en los intentos del ex-interno en su re inserción a la vida social, que van desde readaptarse a los husos horarios de los seres humanos normales para ciertas tareas cotidianas, hasta los ciclos de sueño-vigilia de 24 hrs, interacción social, recuperación de amistades y la identificación de temas de conversación adecuados para cada situación, y es que los temas de interés para el médico no son los mimos temas de la medicina que son de interés para el resto de las personas, incluso llegan a ser aburridos o asquerosos, mientras que el médico se apasiona hablando al respecto. (Nota al pie: es fácil arruinar una cita doble hablando de procedimientos quirúrgicos y los sentimientos que te evocan las entrañas y el calor humano entre tus dedos enguantados... True Story).
En el mejor de los casos este periodo de síndrome post-internado no durará mucho, pues la relativa libertad del médico no va más allá de un mes hasta que es asignado una plaza de servicio social y se reincorpora a la rutina médica, a la consulta, pero con algunos cambios en los que aún se perciben los achaques del internado, como es el sentir que se ha dormido demasiado cuando se duermen más de 6 horas, el sentir la necesidad de ir a revisar algo o a algún lugar pero no saber a cual (Spoiler: es al laboratorio, extrañas dar vueltas al laboratorio con las muestras), esa extraña sensación de poder y libertad al hallarte en medio de la consulta tomando tus propias decisiones y llenándote de dudas a ti mismo respecto a tu decisión terapéutica (la libertad puede dar miedo), entre muchos otros síntomas y remanentes de la rutina diaria del infiernado, pero no todo ex interno sufre de este síndrome, si usted llegase a sufrirlo, no entre en panico, respire profundamente, siéntese y piense:
Ya no soy un interno, soy un MPSS orgulloso, seguro y vital para la supervivencia de la comunidad. Para eso me han entrenado, para eso he estudiado y lo voy a disfrutar.

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