Cuentos del Infiernado: La calma que anuncia la tormenta
Después de una semana de curso de inducción en el que aprendimos cosas relativamente inútiles que se refieren más que nada a como está organizado el IMSS y un muy útil repaso de RCP básico y avanzado puedo regresar a mi Xalapa querida, no sin antes hacer la intentona por un mejor departamento. Ya en la terminal de autobuses y con mi boleto de 2:40 de la tarde intento contactar al dueño del departamento, que al final de cuentas ni pude conseguir. Viendo la hora me atrevo a hacer el cambio de boleto para las 11 de la mañana (tenía sólo 10 minutos para hacer el cambio), corrí hacia la caja, le supliqué a la persona siguiente que me dejara intentar el cambio, cambié de último minuto el boleto y llegué barriendome al andén para tomar el autobus. Todo iba bien, inmejorable! sólo tenia que disfrutar del viaje de regreso a casa, pero claro, algo tenía que salir mal. A mitad de camino el camión sufrió una ponchadura así que nos quedamos en medio de la carretera esperando auxilio. Pasó el cam